Vegeta es un personaje de Dragon Ball que experimentó una notable evolución a lo largo de la serie, pasando por diversas etapas emocionales y de desarrollo. Durante la saga de Majin Buu, Vegeta atravesó un turbulento viaje emocional que lo llevó desde ser un guerrero devastado.

Al principio de la saga, Vegeta estaba profundamente herido en su orgullo después de presenciar cómo Goku y Gohan lo superaron en el poder durante el torneo de Cell. Se sentía incapaz de vengar la muerte de Trunks y prometió no volver a pelear. Sin embargo, siete años después, Vegeta ya no estaba abatido. Había encontrado la comodidad en la vida terrícola, estableciendo una relación formal con Bulma y entrenando a su hijo, Trunks. Aunque todavía tenía su orgullo intacto, se volvió más humano, comprensivo y empático, lo que marcó un gran cambio en su personalidad.

Durante su tiempo bajo la influencia de Babidi, Vegeta cometió actos terribles, como matar personas inocentes y afirmar que su familia no le importaba. Sin embargo, decidió sacrificar su vida para proteger a Bulma y su hijo Trunks, no antes despidiéndose de Goku.

En sus últimos momentos de vida, Vegeta demostró su profundo amor por Bulma y Trunks al sacrificarse para salvar sus vidas. 

A lo largo de la serie, Vegeta pasó de ser un obsesionado con su orgullo y con superar a Goku a ser un hombre que valoraba a su familia por encima de todo. Su viaje emocional y su desarrollo como personaje son aspectos destacados de Dragon Ball, por eso Vegeta murio de forma mas macha posible.