En el esperado estreno de Boruto: Two Blue Vortex, el enigmático Mitsuki emerge con una transformación notable, tanto en su físico como en su perspectiva. Como hijo de Orochimaru, Mitsuki siempre ha sido un personaje intrigante, pero en esta nueva entrega, su relación con Kawaki y su vínculo con Ada toman un giro inesperado y emocionante.

El capítulo nos sumerge en un Mitsuki más maduro y poderoso, que ha evolucionado tanto física como mentalmente. Sus rasgos han madurado, y su presencia en la trama se vuelve aún más prominente. Mitsuki, también cayo bajo la omnipotencia de Ada. El joven shinobi comienza a ver a Kawaki como su "sol".

La relación entre Mitsuki y Kawaki se desarrolla de manera intensa y compleja. Mitsuki, que antes tenía a Boruto como su punto de referencia, ahora encuentra en Kawaki un nuevo foco. Sin embargo, a medida que la historia avanza, Mitsuki comienza a experimentar dudas sobre esta nueva lealtad. El impacto de Ada en su percepción lo lleva a cuestionar si su devoción a Kawaki es genuina o influenciada.

Pueda que con el desarrollo de la trama, Mitsuki terminará estando al lado de Boruto. A medida que la trama avanza, Mitsuki se debate entre el deseo de proteger y apoyar a Kawaki, como lo hizo anteriormente con Boruto. La lucha interna de Mitsuki se convierte en un elemento central de la narrativa, agregando capas de profundidad emocional a su personaje.

Boruto: Two Blue Vortex nos ofrece una exploración fascinante de la psicología de Mitsuki, su evolución como individuo y su lucha por encontrar su lugar en un mundo turbulento. La dinámica entre Mitsuki, Kawaki crea una trama intrigante y emocionalmente cargada, que profundiza en los lazos de amistad y lealtad en medio de la manipulación y el poder omnipotente de Ada. En última instancia, Mitsuki emerge como un personaje aún más complejo y fascinante, cuyo viaje interior resuena en el corazón de los espectadores.